La campaña de apoyo al Frente de Izquierda entre docentes universitarios, intelectuales y profesionales ha arrancado con todo. En menos de quince días, ya son más de doscientas las adhesiones que han llegado desde diversos puntos del país e incluso del exterior. El pronunciamiento saluda la conformación del Frente y destaca que "la izquierda tiene que ofrecer una opción política independiente en las próximas elecciones nacionales y provinciales", en lugar de "ir como colectora de los bloques capitalistas tradicionales, ya sean éstos del gobierno kirchnerista o de la llamada oposición, ni diluirse en una centroizquierda cuyo programa es la defensa de intereses sojeros e industriales".
La gran cantidad de adhesiones recibidas en menos de quince días de campaña da cuenta de la existencia de una corriente de simpatía por la formación del Frente de Izquierda. La inmensa mayoría corresponden, por el momento, al ámbito universitario, pero ahora se multiplicarán en otras esferas, porque compañeros de movimientos de escritores, de la música, el cine, el teatro y de otras expresiones del arte y la cultura han tomado la campaña en sus manos. Para las próximas semanas, se realizarán encuentros de todos ellos en los que se discutirán nuevas iniciativas de apoyo al Frente de Izquierda.
Entre las firmas más destacadas se cuentan las de Eduardo Grüner, ex vicedecano de la Facultad de Sociales; Jorge Panesi, ex director de la carrera de Letras; Enrique Carpintero, de la revista Topía; Pablo Paolini, de la Junta Electoral de la CTA; historiadores como Pablo Pozzi y Hernán Camarero, abogados de causas de derechos humanos, periodistas, etc. Las decenas de firmas de docentes auxiliares y ayudantes tienen un valor especial, en tanto que se trata de un compromiso público con el Frente de Izquierda en facultades donde las autoridades son abiertas defensoras del gobierno y en un ámbito donde las presiones y ‘apretadas' están a la orden del día.
Está planteada una gran lucha política en el campo de los sectores intelectuales y de la cultura. Ocurre que el oficialismo y la oposición patronal son formaciones políticas en disgregación, las que requieren del servicio de los intelectuales para ganarse el apoyo de las masas y presentarse ante éstas como fuerzas con pretensiones transformadoras. Tanto para los K como para sus opositores patronales, los intelectuales son una "colectora" atractiva que convive con otras realmente impresentables -desde los Menem y los Rico en el oficialismo hasta De Narváez en la oposición, pasando por todos los sectores de la burocracia sindical.
Frente al cuadro de miseria de los Feinmann y los Carta Abierta, de un lado, pero también de los apologistas de la oposición patronal y sus colectoras centroizquierdistas, del otro, el Frente de Izquierda se presenta como un punto de referencia para los intelectuales y profesionales verdaderamente 'independientes'-es decir aquellos que no ponen sus ideas al servicio de los capitalistas, sino que se colocan en el campo de los trabajadores y de la lucha contra el actual régimen social. Se trata de llevar adelante una lucha política contra quienes pretenden reducir la labor de los intelectuales a meros justificadores de las miserias del 'modelo', quienes han abandonado cualquier perspectiva de transformación social y, en nombre del 'mal menor', comparten el 'proyecto' con las mafias de la burocracia sindical y con los agentes de las patronales.
La campaña de adhesiones ya muestra un progreso político en relación al 2008, en ocasión del conflicto del gobierno con la patronal sojera, cuando impulsamos un pronunciamiento que recogió más de un centenar de firmas en defensa de la posición "ni con el campo ni con el gobierno". Un sector de intelectuales suscribió en esa ocasión otra solicitada, titulada "Otro camino para superar la crisis", que levantaba una posición más cercana al gobierno K. Ahora, sin embargo, varios de ellos ya han firmado su adhesión al Frente. Este desplazamiento político plantea abrir un debate político para impulsar que todos estos sectores -vinculados al EDI, al Frente Darío Santillán y otros grupos chavistas- tomen partido por el frente de izquierda. ¿O acaso no es el Frente de Izquierda el único reagrupamiento político que va a elecciones pronunciándose con total claridad por la defensa de Venezuela contra el imperialismo y del propio gobierno de Chávez contra la derecha? Los que integramos el Frente de Izquierda hemos dado testimonio de esto en las calles, mientras el centroizquierdismo no ha movido un dedo para apoyar a los movimientos nacionales de América Latina contra el imperialismo.
El gran apoyo recogido en estas primeras semanas plantea nuevos desafíos: seguir la campaña de firmas pero, por sobre todo, entusiasmar a todos los sectores de la intelectualidad y la cultura para que tomen la palabra y salgan abiertamente a respaldar al Frente de Izquierda de manera pública, a partir de las ideas de cada uno y en abierta polémica con los intelectuales que trabajan al servicio de las fuerzas del capital.
La gran cantidad de adhesiones recibidas en menos de quince días de campaña da cuenta de la existencia de una corriente de simpatía por la formación del Frente de Izquierda. La inmensa mayoría corresponden, por el momento, al ámbito universitario, pero ahora se multiplicarán en otras esferas, porque compañeros de movimientos de escritores, de la música, el cine, el teatro y de otras expresiones del arte y la cultura han tomado la campaña en sus manos. Para las próximas semanas, se realizarán encuentros de todos ellos en los que se discutirán nuevas iniciativas de apoyo al Frente de Izquierda.
Entre las firmas más destacadas se cuentan las de Eduardo Grüner, ex vicedecano de la Facultad de Sociales; Jorge Panesi, ex director de la carrera de Letras; Enrique Carpintero, de la revista Topía; Pablo Paolini, de la Junta Electoral de la CTA; historiadores como Pablo Pozzi y Hernán Camarero, abogados de causas de derechos humanos, periodistas, etc. Las decenas de firmas de docentes auxiliares y ayudantes tienen un valor especial, en tanto que se trata de un compromiso público con el Frente de Izquierda en facultades donde las autoridades son abiertas defensoras del gobierno y en un ámbito donde las presiones y ‘apretadas' están a la orden del día.
Está planteada una gran lucha política en el campo de los sectores intelectuales y de la cultura. Ocurre que el oficialismo y la oposición patronal son formaciones políticas en disgregación, las que requieren del servicio de los intelectuales para ganarse el apoyo de las masas y presentarse ante éstas como fuerzas con pretensiones transformadoras. Tanto para los K como para sus opositores patronales, los intelectuales son una "colectora" atractiva que convive con otras realmente impresentables -desde los Menem y los Rico en el oficialismo hasta De Narváez en la oposición, pasando por todos los sectores de la burocracia sindical.
Frente al cuadro de miseria de los Feinmann y los Carta Abierta, de un lado, pero también de los apologistas de la oposición patronal y sus colectoras centroizquierdistas, del otro, el Frente de Izquierda se presenta como un punto de referencia para los intelectuales y profesionales verdaderamente 'independientes'-es decir aquellos que no ponen sus ideas al servicio de los capitalistas, sino que se colocan en el campo de los trabajadores y de la lucha contra el actual régimen social. Se trata de llevar adelante una lucha política contra quienes pretenden reducir la labor de los intelectuales a meros justificadores de las miserias del 'modelo', quienes han abandonado cualquier perspectiva de transformación social y, en nombre del 'mal menor', comparten el 'proyecto' con las mafias de la burocracia sindical y con los agentes de las patronales.
La campaña de adhesiones ya muestra un progreso político en relación al 2008, en ocasión del conflicto del gobierno con la patronal sojera, cuando impulsamos un pronunciamiento que recogió más de un centenar de firmas en defensa de la posición "ni con el campo ni con el gobierno". Un sector de intelectuales suscribió en esa ocasión otra solicitada, titulada "Otro camino para superar la crisis", que levantaba una posición más cercana al gobierno K. Ahora, sin embargo, varios de ellos ya han firmado su adhesión al Frente. Este desplazamiento político plantea abrir un debate político para impulsar que todos estos sectores -vinculados al EDI, al Frente Darío Santillán y otros grupos chavistas- tomen partido por el frente de izquierda. ¿O acaso no es el Frente de Izquierda el único reagrupamiento político que va a elecciones pronunciándose con total claridad por la defensa de Venezuela contra el imperialismo y del propio gobierno de Chávez contra la derecha? Los que integramos el Frente de Izquierda hemos dado testimonio de esto en las calles, mientras el centroizquierdismo no ha movido un dedo para apoyar a los movimientos nacionales de América Latina contra el imperialismo.
El gran apoyo recogido en estas primeras semanas plantea nuevos desafíos: seguir la campaña de firmas pero, por sobre todo, entusiasmar a todos los sectores de la intelectualidad y la cultura para que tomen la palabra y salgan abiertamente a respaldar al Frente de Izquierda de manera pública, a partir de las ideas de cada uno y en abierta polémica con los intelectuales que trabajan al servicio de las fuerzas del capital.
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