El "voto útil" del activismo neuquino se convirtió en la expresión política de las luchas populares: logramos una bancada obrera y socialista en Neuquén.
Una bancada que es el fruto de décadas de luchas de los trabajadores de la región, desde los cutralcazos -cuando fue asesinada Teresa Rodríguez-, la ocupación y recuperación de fábricas, las infatigables movilizaciones y huelgas docentes -que tienen su emblema en el compañero Carlos Fuentealba, asesinado por el gobierno de Sobisch-, las movilizaciones monumentales de los compañeros desocupados, las luchas de los obreros de la fruta (del agro y galpones) y las movilizaciones de estatales y de la comunidad en defensa de la salud y el hospital público.
En medio de la bancarrota capitalista y la disgregación del presente régimen político, el Frente de Izquierda le abre paso a la perspectiva estratégica de un gobierno de trabajadores.
Nuestra agenda inmediata va en esa dirección: un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, reparto de las horas de trabajo, 82% móvil, la expropiación sin pago de Zanón y la defensa de la gestión obrera colectiva, la nacionalización del petróleo y de la minería, y el cese de las concesiones de tierras a proyectos inmobiliarios, para desarrollar, en cambio, un plan de viviendas populares.
El Frente se abre paso en medio del negocio de las colectoras y de la proscripción política.
El Frente de Izquierda se ha convertido en un factor de reagrupamiento obrero y socialista en el escenario político.
La construcción de una bancada socialista requiere una agenda de iniciativas y un método colectivo de trabajo: a la rotación prevista entre los cuatro candidatos a legisladores se agregará el método de trabajo frentista de la labor legislativa -cuya agenda debe ser discutida ya entre los trabajadores y objeto de una propaganda y agitación intensas. La bancada estará al servicio de todas las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores de la región, a través de asambleas y plenarios.
Este Frente tendrá la tarea de darle cuerpo y dirección a estos espacios, para que efectivamente se conviertan en la máxima expresión del debate de los principales problemas de clase y de la construcción de estrategias políticas que puedan llevar los reclamos al triunfo.
La bancada debe ser un canal de las luchas y del ejercicio del poder potencial (alternativo) de clase en conflicto con el régimen parlamentario paralizante y antiobrero del Estado patronal. Toda una tarea, todo un desafío.
Entendemos que somos parte de otras experiencias: una bancada en Córdoba, que nació como expresión de otro planteo político, pero que, en su evolución, se compromete con el método colectivo de trabajo socialista; así como los diputados y concejales en Salta, o los diputados constituyentes, hace un tiempo, en la Santa Cruz de la rebelión popular; finalmente, la experiencia desarrollada en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que nos ha dado conquistas históricas: las seis horas de trabajo en el subte, la recuperación de fábricas de las patronales vaciadoras, e innumerables iniciativas populares que se han plasmado en ley y muchas otras que quedan como tareas pendientes de los explotados.
El Frente de Izquierda tendrá la tarea de encauzar el arsenal de reivindicaciones en medio de la crisis capitalista, para convertirlas en armas para superar al capitalismo.
Y vamos por más.
La conquista de la bancada neuquina refuerza la campaña para las elecciones nacionales y nuestra fórmula presidencial Jorge Altamira-Christian Castillo, con la que llevaremos la confrontación política de métodos y objetivos con los representantes capitalistas al plano nacional. Para eso llamamos a participar en la campaña para las internas abiertas del 14 de agosto ¡donde debemos empeñarnos en incrementar fuerte los votos en Neuquén!
Tenemos una agenda.
Ganamos una bancada obrera y socialista.
Vamos por más.
¡Que viva el Frente de izquierda y de los Trabajadores!
Una bancada que es el fruto de décadas de luchas de los trabajadores de la región, desde los cutralcazos -cuando fue asesinada Teresa Rodríguez-, la ocupación y recuperación de fábricas, las infatigables movilizaciones y huelgas docentes -que tienen su emblema en el compañero Carlos Fuentealba, asesinado por el gobierno de Sobisch-, las movilizaciones monumentales de los compañeros desocupados, las luchas de los obreros de la fruta (del agro y galpones) y las movilizaciones de estatales y de la comunidad en defensa de la salud y el hospital público.
En medio de la bancarrota capitalista y la disgregación del presente régimen político, el Frente de Izquierda le abre paso a la perspectiva estratégica de un gobierno de trabajadores.
Nuestra agenda inmediata va en esa dirección: un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, reparto de las horas de trabajo, 82% móvil, la expropiación sin pago de Zanón y la defensa de la gestión obrera colectiva, la nacionalización del petróleo y de la minería, y el cese de las concesiones de tierras a proyectos inmobiliarios, para desarrollar, en cambio, un plan de viviendas populares.
El Frente se abre paso en medio del negocio de las colectoras y de la proscripción política.
El Frente de Izquierda se ha convertido en un factor de reagrupamiento obrero y socialista en el escenario político.
La construcción de una bancada socialista requiere una agenda de iniciativas y un método colectivo de trabajo: a la rotación prevista entre los cuatro candidatos a legisladores se agregará el método de trabajo frentista de la labor legislativa -cuya agenda debe ser discutida ya entre los trabajadores y objeto de una propaganda y agitación intensas. La bancada estará al servicio de todas las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores de la región, a través de asambleas y plenarios.
Este Frente tendrá la tarea de darle cuerpo y dirección a estos espacios, para que efectivamente se conviertan en la máxima expresión del debate de los principales problemas de clase y de la construcción de estrategias políticas que puedan llevar los reclamos al triunfo.
La bancada debe ser un canal de las luchas y del ejercicio del poder potencial (alternativo) de clase en conflicto con el régimen parlamentario paralizante y antiobrero del Estado patronal. Toda una tarea, todo un desafío.
Entendemos que somos parte de otras experiencias: una bancada en Córdoba, que nació como expresión de otro planteo político, pero que, en su evolución, se compromete con el método colectivo de trabajo socialista; así como los diputados y concejales en Salta, o los diputados constituyentes, hace un tiempo, en la Santa Cruz de la rebelión popular; finalmente, la experiencia desarrollada en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que nos ha dado conquistas históricas: las seis horas de trabajo en el subte, la recuperación de fábricas de las patronales vaciadoras, e innumerables iniciativas populares que se han plasmado en ley y muchas otras que quedan como tareas pendientes de los explotados.
El Frente de Izquierda tendrá la tarea de encauzar el arsenal de reivindicaciones en medio de la crisis capitalista, para convertirlas en armas para superar al capitalismo.
Y vamos por más.
La conquista de la bancada neuquina refuerza la campaña para las elecciones nacionales y nuestra fórmula presidencial Jorge Altamira-Christian Castillo, con la que llevaremos la confrontación política de métodos y objetivos con los representantes capitalistas al plano nacional. Para eso llamamos a participar en la campaña para las internas abiertas del 14 de agosto ¡donde debemos empeñarnos en incrementar fuerte los votos en Neuquén!
Tenemos una agenda.
Ganamos una bancada obrera y socialista.
Vamos por más.
¡Que viva el Frente de izquierda y de los Trabajadores!
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